sábado, 28 de julio de 2007

Ana Abello Verano. Villablino (León), 1991.



Ana, qué decir de ella. La mejor escritora que ha dado la localidad de Villablino vino a recalar en el Taller de las Letras hace ya un año, cuando lo celebrábamos en Arbejal. Le gustó tanto que repitió, y cada vez aporta algo más, un retazo de belleza en cada verso. Una pasada. Cómo se la quiere.

Admito que eres el

compositor de mis noches

de lluvia, caricatura hundida

en la fachada

que se desprende,

indicación paralela

a la vida.


Admito que las heridas

cicatrizadas por reconocer

el tiempo, se han

transformado y ahora

sólo sirven para aparcar

la preocupación que

enterramos sin darnos

cuenta.


Admito que las pocas

conversaciones que

intercambiamos se

rindieron con las dudas,

y desviados los dos

por direcciones opuestas

despreciamos el destino.


Admito que el estrecho

que separa las brumas

se ha convertido en

posibilidad cotidiana, y

que todas mis equivocaciones

resuelven la conciencia

del dolor que causan.


Admito, finalmente,

que a medianoche

todas las calles me

conducen a tu esencia,

a los abrazos

que saboreé con

destreza, a los

invisibles besos que

nos acecharon,

y por un momento

camino a ciegas,

sin más luz que los

recuerdos y que

sigo confiando

en ti.

Segovia, 24 de julio de 2007

Miguel Carabias Collado. Salamanca, 1991.



Miguel es guapo, de Salamanca y con un finísimo sentido del humor. Aprendió (o eso creo) el sentido del ritmo de Costafreda y nos dejó a todos enamorados de su presencia, contagiados por su miarada atenta (que se la robó a las marujas en las fruterías, a los niños en el cielo).

Me pierdo en las innumerables calles

entre la gran ciudad

recuerdo aquellas tardes las farolas

en la negra penumbra

esas sombras, gigantes rascacielos

un eclipse total

(y sol de media noche).

Segovia, 21 de julio de 2007.

José Garzón Moreta. Ávila, 1991.



José es un pequeño geniecillo. Se presentó el primer día como existencialista, lector de Unamuno y de Kafka. Sabe tocar varios instrumentos y le encantan Radiohead, Leonard Cohen, J.J. Cale y muchos otros. Compusimos y nos cascamos un blues en la última gala que quedó de perlas. Escribe letras de canciones en las que habla de fe y de vidas.

ELEGÍA (A LOS HÉROES CAÍDOS)

Algo se perdió ayer

en el camino entre

el odio y la envidia.

Bendigamos

a la oscuridad

anónimo

en la que ellos

nos sumergieron.

Hogueras,

fuego en el cielo,

me tiraré al suelo

a la hora de luchar.

Ellos no lloran

pero pronto

con la lluvia en el cuerpo

geminarán.

Segovia, 24 de julio de 2007.

Carla González Lanero. La Bañeza (León), 1991.



Carla es encantadora, guapísima y despierta. El año pasado participó en el Taller de Teatro y, desencantada con el mundo de la escena, se pasó a nuestro taller con ganas de expresarse de alguna forma. Parece que ha encontrado en la literatura esa forma.

DESTINO, MÁS DA

Tener algo que decir

y hacer caso omiso a la conciencia

¿crees que es muy triste?

habría temblado el mundo

derretido ya, pero aun latiendo.

Cambiaría el destino

frío o caliente,

(más da,

si mañana también es destino)

no estaría aquí

ni te habría conocido,

no sería igual

aunque

sería bonito mostrarte mi otra persona,

posible persona

imaginada o ideada,

(más da,

si también es persona).

Pero tú no me habrías buscado

ni yo te lo agradecería.

Segovia, 17 de julio de 2007.

Jorge Hernando Mateo. Valladolid, 1993.



Jorge es el más jovenzuelo de este taller. Tiene trece años y una afición acérrima a los deportes de todo tipo, quiero decir a verlos, a los programas deportivos. Es un lector avezado de Tolkien y escribe poemas como este.

El sol se esconde a la vez

que la luna sale al tiempo

que se despierta el pez,

el pez es el señor del cielo,

el ave es la señora del agua,

el anfibio domina la tierra,

sus alas son butacas,

es el dios de la arena.

Segovia, 18 de julio de 2007.

Alba Pérez Garrido. Palencia, 1993.



A Alba ya la conocíamos del año pasado, pero este nos hemos llevado una grata sorpresa con esta chica tan introvertida, que en ocasiones se deja llevar por una especie de tristeza y busca en su interior algo que expresar. En este taller le hemos querido enseñar a expresarlo por medio de las palabras, no sé si hemos acertado.

EL ÚNICO

Quédate abajo, sombrío, solo y sin sueños.

Tan hundido que te preguntes qué eres.

Me odio por seguir respirando,

se siente como si el peso del mundo,

descansara sobre tu pecho

y la certeza de saber que seguiré cayendo.

Cúlpame, ódiame

una niña de sueños rotos, nunca

podrá ser buena para ti.

Segovia, 22 de julio de 2007


Sara Ruiz Conde. Burgos, 1990.



Sara es la más veterana de todos los integrantes del Taller de las Letras. A sus diecisiete años, ya ha ganado algunos concursos y ha asistido a muchos talleres de creación literaria (aunque seguro que ninguno tan bueno como este). Tiene una gran imaginación y un lenguaje poético muy preciso. Reproducimos aquí un poema escrito durante estos días.

ÚLTIMOS DESEOS

Sea una corona de piedras y no de rosas lo que

adorne mi epitafio. Porque flores no me juntado en esta

vida suficientes como para capar tres rosales, por muy

de invernadero que sean. Sin embargo me han sobrado las

piedras con las que tropezar y alguna que otra

pedrada también.

No quiero flores, salvo del amante fiel al placer y

discreción absoluta.

No quiero flores, no quiero más muertes.

Supongo que a veces no hay suficientes piedras.

Segovia, 20 de julio de 2007.

Alba Santalla Corral. Ponferrada (León), 1993.



Alba es blandita y siempre sonríe, es de Ponferrada y tan sólo tiene caotrce años. Es cariñosa, rubia y con un silencio que espanta la desatención. Publicamos aquí su relato corto titulado Tercer banco frente a ti, lleno de imágenes llenas de nostalgia.

TERCER BANCO FRENTE A TI

Me acuerdo perfectamente del primer día que te vi, sentada en el tercer banco del parque, ese que tiene un corazón grabado, ese que está junto al mimo de la mañana de los martes.

Te colocabas siempre en una esquina de él y te ponías esas gafas que ocultaban parte de tu rostro y aquellos bellos ojos azules que esconden tantos secretos.

Sé con certeza que no te gusta tu nariz, pero todos tenemos un pequeño defecto.

Me sonreías tímidamente, yo te devolvía la sonrisa.

Tus pequeñas piernas pálidas que apenas llegan al suelo, me provocaban escalofríos. Hemos pasado incontables días frente a frente, pero ni siquiera sé cómo te llamas.

Martes de lluvia, nieve, sol; aun así he estado ahí, tan solo para verte sonreír, tienes unos dientes perfectos.

He pasado mucho tiempo frente a ti. Me hubiera gustado rozar esas frágiles manos, como aquellos guantes rosas de invierno, peo tengo que irme.

Quise dejar un recuerdo nuestro, rellené el corazón de tu banco, quise poner nuestros nombres, te he llamado muñeca de porcelana. Nos quedan muchas cosas por hacer, pero no las haré a tu lado. Te echaré de menos. Echaré de menos verte cada martes. Echaré de menos esas sonrisas que decían todo. Echaré de menos esas miradas intensas que un día cruzamos. Echaré de menos esos besos que nos dimos pero que no llegaron a rozar nuestros labios.

Te quiero mi pequeña muñeca de porcelana.


Segovia, 19 de julio de 2007


lunes, 16 de julio de 2007

anthologia

En la ciudad de Cos, y durante los últimos años de su vida, Meleago de Gádara (c. 140 a.C.- c. 60 a.C.) ocupa sus días de ocio y reposo en la redacción y ordenación del libro que es tenido por la primera antología lírica occidental. La Corona, de la que únicamente se conserva su prólogo, era una colección de ciento treinta epigramas, la mayoría amorosos. Meleago de Gádara compara la poesía de algunos autores a una flor, de manera que, desde su inicio, los libros que recogieron composiciones poéticas de uno o varios autores recibieron el nombre de anthologia («flores escogidas») y dicha denominación, en variantes y traducciones ha llegado hasta nuestros días.

José Francisco Ruiz Casanova
Antología Cátedra de Poesía de las Letras Hispánicas (1998)